En ocasiones poner barreras contra el picudo rojo nos puede llevar a tomar una decisión equivocada.
Cuando nuestro jardinero, o nosotros mismos, detectamos la presencia de picudo rojo en nuestras palmeras podemos pensar que invertir para que la palmera salga adelante es un gasto que se puede sustituir por la eliminación completa del ejemplar, es decir, la tala. Lo que no tenemos en mente es que la tala de una palmera conlleva también unos gastos, nos estamos refiriendo que un ejemplar afectado por este insecto debe ser cortado y reciclado de la forma correcta, esto incluye:
- Evitar que los picudos adulto que pueden haber en la palmera, salgan de la misma.
- Según la altura de la palmera habrá que utilizar una serie de maquinaria pesada para sujetar el “tronco” de la misma y que no caiga cuando se esté cortando.
- La herramienta utilizada, es recomendable que se limpie correctamente para evitar que alguna otra afección (hongos malos por ejemplo) sean trasladados a otros ejemplares.
- El traslado de la planta se debe realizar con las medidas de protección que regule la normativa de la zona en la que se está llevando a cabo la actuación.
- Su reciclado consiste, normalmente en aislar y enterrar el ejemplar, para que no pueden salir las larvas y adultos de insecto que tenga la planta o su triturado el cual suele ser mucho más efectivo.
Si empezamos a sumar costes, puede ser que cortar un ejemplar no sea tan rentable como pensábamos, con lo que quizás lo ideal sea cuidar nuestras plantas desde un principio. Esto implica hacer uso de tratamientos preventivos que ayuden a nuestras palmeras a hacer frente al insecto, como por ejemplo la utilización de hongos buenos que ayuden a fortalecer la planta y que de esta manera sea capaz de ponérselo difícil al insecto.
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